¿Alguna vez te has preguntado cómo se elabora un queso fresco o qué diferencia a un queso de oveja artesanal de uno industrial? Participar en una jornada de elaboración de queso y cata de quesos de oveja es mucho más que una actividad gastronómica: es una vivencia enriquecedora que conecta con la tradición, la naturaleza y los sabores auténticos.

El arte de hacer queso fresco artesanal
La elaboración del queso fresco es un proceso aparentemente sencillo, pero lleno de detalles y dedicación. Todo comienza con el cuidado de las ovejas: alimentarlas correctamente, mantener su bienestar, limpiar la granja y, por supuesto, ordeñarlas. De su leche surge la materia prima que, tras una serie de pasos artesanales, se transforma en un queso de sabor puro y natural.
El proceso de elaboración de queso fresco incluye:
- Ordeño y recogida de la leche.
- Cuajado y corte de la cuajada.
- Moldeado y prensado.
- Escurrido y salado.
Cada fase requiere paciencia y manos expertas que garantizan un producto auténtico. Aunque se trata de un oficio duro y sacrificado, el resultado merece la pena: quesos con identidad, ligados a la tierra y a la tradición.
La magia de la cata de quesos de oveja
Una vez elaborado el queso, llega uno de los momentos más esperados: la cata de quesos de oveja. Aquí se aprecian aromas, texturas y matices que dependen de la maduración, la alimentación del ganado y el método de elaboración.
Durante la cata, los participantes descubren cómo un mismo producto puede ofrecer una amplia gama de sabores: desde quesos frescos y suaves hasta curados de sabor intenso y persistente. Cada bocado cuenta una historia: la del quesero, la del rebaño y la del territorio donde nacen estos productos.

Un oficio artesanal que merece reconocimiento
Ser quesero no es solo un trabajo, es una forma de vida. Requiere esfuerzo, constancia y amor por los animales y la naturaleza. No se trata de estar ocho horas encerrado en una oficina, sino de vivir en contacto con el aire libre, el campo y los ritmos de la vida rural.
Estas jornadas permiten valorar esa dedicación, entender el esfuerzo que hay detrás de cada pieza de queso y, sobre todo, apoyar a los productores locales que mantienen vivas nuestras tradiciones.
Turismo gastronómico y experiencias rurales
Asistir a una jornada de elaboración de queso fresco y cata de quesos artesanales no es solo aprender sobre un alimento, sino disfrutar de una experiencia completa. Además de instruirse, los asistentes socializan, se divierten y descubren un estilo de vida más sostenible y auténtico.
Eventos como estos fomentan el turismo gastronómico rural, dando visibilidad a pequeños productores, comercios artesanales y establecimientos locales. Al participar, no solo se vive una experiencia única, sino que también se apoya al comercio justo y responsable.

Apoyar lo artesanal es apoyar la tradición
La próxima vez que disfrutes de un queso de oveja artesanal, recuerda todo lo que hay detrás: dedicación, sacrificio, amor por los animales y respeto por la tierra. Participar en talleres de elaboración y catas no solo educa el paladar, también nos conciencia sobre la importancia de mantener viva esta profesión.
Apoyemos el comercio artesanal. Cada queso que elegimos comprar a un productor local es un gesto de apoyo a la tradición, la cultura y el sabor auténtico.
Társila Galdón Beltrán

periodista